martes, 2 de junio de 2015

Construcción del Acto Educativo mediante la pedagogía


La Pedagogía Considera Diversos Niveles. 





A saber:





  1. Un nivel fenomenológico, que tiene como objeto la descripción de las distintas manifestaciones de los hechos educativos.

  1. Un nivel analítico, que expone la expresión cuantitativa –matemática-  y cualitativa –lingüística- de las distintas manifestaciones de la educación.


  1. Un nivel comprensivo -filosófico-, en el cual se tratará de encontrar el sentido que la educación tiene en orden a la realidad y a la vida humana.




Es posible considerar la realidad educativa manifestándose en una doble dimensión: como estructura y como procesos objetivos que contribuyen de manera específica a la continuidad o cambio del proceso socio-histórico y cultural, es decir, la educación concebida como aparato genético de la sociedad, o según otras versiones, como transmisora de la herencia cultural de la humanidad.

Esto es ya intervenir en el campo específico de lo pedagógico, porque el objetivo de lo pedagógico es la reflexión-acción: los procesos educativos. Dada la múltiple y compleja dimensionalidad de éstos, se debe tener en cuenta el nivel ideológico - político, el administrativo, el científico y el técnico.

·         Nivel ideológico – político: Toda acción educativa supone elementos axiológicos (principios fundadores) y una orientación teleológica o de búsqueda de fines; por lo tanto, en los procesos pedagógicos están presentes las doctrinas y principios que animan y definen la acción educativa, como: una visión del hombre, de la naturaleza humana o de las formas de organización social que pretende recrear la acción educativa. En la base de toda concepción pedagógica estarán el sentido de cambio social e histórico y el prototipo de hombre que corresponda a una cultura y sociedad determinada. De allí, precisamente, que la pedagogía no puede ser ajena, ni puede sustraerse a los principios y debates de la política educativa. Ésta será la que defina sus objetivos, sus metas y el sentido de sus acciones, es decir sus conceptos, sus métodos y sus normas.

  • Nivel Administrativo: La administración académica de programas se presenta compartimentalizada en distintas unidades, por lo tanto son necesarios los mecanismos de coordinación entre las distintas disciplinas y una inserción coherente con el desarrollo de las prácticas docentes.

En la actualidad, la Administración de la Educación Superior no se limita a lo material ni a los aspectos estáticos de la burocracia administrativa, sino que se concibe como un instrumento dinámico dentro del proceso jerárquico que analiza y desarrolla políticas definidas a partir de los resultados obtenidos de una investigación operativa.


Estos resultados suponen las reformas, los planes, los programas y los proyectos institucionales, e implican una acción interdisciplinaria que abarca los aspectos económicos y presupuestarios, junto con factores tecnológicos, pedagógicos, sociológicos, políticos, etcétera.

El nivel de gestión administrativa en educación superior se ocupa de que la educación alcance altos grados de eficacia externa e interna. Eficacia externa en términos de responder a las necesidades de la economía social, en colaborar para la formulación de políticas educativas, de estudio y planeamiento de las necesidades de los centros educativos, en organizar niveles de responsabilidad. Eficacia interna, a nivel de la excelencia educativa, de los conocimientos y de la formación alcanzada, enmarcada en un proceso institucional de planeación y desarrollo académico, con el apoyo de las tareas y responsabilidades colegiadas dentro de las áreas administrativas.

Según Zarzar Charur (1996), esto atañe al plano de la organización académica institucional, por lo cual se debe evitar la disociación entre lo académico y lo administrativo. Las dependencias académicas deben procurar la mayor coherencia posible en la dinámica de su organización. Por consiguiente, es también necesaria la formación y actualización del personal que tiene bajo su responsabilidad tareas académico-administrativas, siendo necesario un análisis exhaustivo de los resultados y procesos de formación de personal académico y de los medios y mecanismos para realizarlos. Para llevar a cabo este objetivo, es conveniente y viable establecer una red de comunicación y cooperación entre las unidades o equipos de las distintas instituciones o dependencias universitarias abocadas a estas tareas, a fin de articular y coordinar esfuerzos que permitan una mayor cobertura a nivel nacional y un mayor nivel de calidad de este tipo de servicios especializados, ofreciendo opciones diversificadas.

Si bien los programas y actividades de formación de profesores constituyen un punto estratégico para el desarrollo institucional, no debe soslayarse la atención primordial hacia los estudiantes y los procesos de aprendizaje, desde la identidad propia de las universidades. Han de ampliarse y reforzarse los servicios de apoyo directo a los estudiantes, en las unidades académicas de formación de profesionales, tendientes a mejorar la calidad de los aprendizajes y a aumentar la eficiencia, así como a disminuir el rezago y la deserción.


Una Administración Educativa moderna, eficaz, necesita incluir órganos consultivos que aporten la voz de la familia, de la sociedad, de los sectores económicos, e incluir en la composición de su personal educadores de los distintos niveles y modalidades de enseñanza, economistas, sociólogos, psicólogos, especialistas en planeamiento y administración, supervisión, orientación, elaboración de planes de estudio y de programas, investigación y evaluación, entre otros.

·         Nivel científico: Los aportes científicos también se hacen presentes en la conformación y en el desarrollo de los procesos educativos. Son una herramienta para la determinación de sus principios, la elaboración de sus teorías, la estandarización de sus concepciones, la definición de los métodos y la aplicación de sus instrumentos y técnicas en las prácticas educativas. El quehacer científico elabora indicadores y observa los efectos en condiciones rigurosamente controladas perfeccionando el proceso de adopción de decisiones educacionales. 





La iniciativa del educador consiste en el trabajo de integración y desarrollo interdisciplinario del vasto panorama de las disciplinas. Dado que los fundamentos científicos a veces provienen de las fuentes tradicionales, de las viejas canteras del pensamiento social (dogmas religiosos, doctrinas sociopolíticas obsoletas), o, como sería el caso de algunas tendencias modernas de la pedagogía, de los grandes paradigmas científicos y doctrinales del pensamiento contemporáneo (marxismo, psicoanálisis, teoría crítica, teología de la liberación, etnolingüística estructural, conductismo, etc.).

·         Nivel técnico: como el desarrollo de principios educativos y el trabajo de conformación e interpretación teórica no agotan la tarea de la pedagogía, a ésta corresponde además el cometido de construcción e integración crítica de los elementos de la didáctica moderna y de la producción de la tecnología educativa.









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